Tal cual una
madrugada silenciosa,
El sonar de los
silenciosos tanques se acerca,
Corriendo de
puntillas llegan a la puerta,
Traen consigo los
nervios del manipulado,
¡Suenan disparos de
fusil!
La calma ha dejado de
reinar.
Con abierto sobresalto
se despiertan asustados,
Nada se ve alrededor,
solo disparos suenan en la oscuridad,
¿Qué está pasando? Se
oye el resonar de las botas,
Crujen las escaleras,
cual sonido estruendoso,
Esperando lo peor se
mantienen sigilosos.
Ya no hay
escapatoria, ya no hay vuelta atrás,
Las cartas están
echadas, es un golpe a la libertad.
¡No me maten! Grita
el agredido conteniendo la impotencia,
Y fusil contra el
pecho amenaza el agresor,
Con dolor puede
observar el que de rodillas se encuentra,
Ante el atropello y
el abuso del indigno servidor.
Esa madrugada se
golpeo al pueblo,
Y más tarde se piso
su libertad,
Aprovecharon los
indignos agresores,
Mientras dormían los
inocentes.
Hoy la voz del pueblo, es la voz del
sufrimiento,
Hoy la voz del pueblo
no vale nada para el tirano,
Hoy el pueblo pide a
gritos ¡RESPETO!
Hoy el pueblo pide
ser escuchado.
Tristemente se pisa
al hermano,
Y con golpes y a
balazos se le paga,
¡Resiste pueblo!
Resiste,
¡Aguanta pueblo!
Aguanta,
Has valer tu derecho
sin importar,
Cuánta sangre puedas
derramar,
En nombre de la libertad.
Jesús Calderin
Un hecho actual digno
de reflexión
Golpe de Estado a
Honduras
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