Toca una y otra vez
la puerta,
Rompe el silencio de
la noche fría,
Toca la puerta y
parece tumbarla,
Tratando de
reclamarlo a la fuerza.
Lentamente pasan los
minutos,
Y el silencio reina
de nuevo,
Toca nuevamente la
puerta,
Y el corazón se salta
dentro del pecho.
Cae la puerta de
golpe,
Y los nervios de
punta lo paralizan,
Nadie cambia el
destino de golpe,
Nadie escapa de su
garra poderosa.
Vuelve a reinar el
silencio,
La calma perfecta del
minuto anterior,
Ya su pecho dejo de sobresaltarse,
Y el sudor dejó de
correr.
El que te reclama ya
tuvo su parte,
Ya no tienes que
esconderte más,
Ya no tienes que
abrir los ojos,
Ya no tendrás que
respirar.
Jesús calderin
No hay comentarios:
Publicar un comentario